lunes, 12 de octubre de 2020

PALPA, PRIMER HECHO ARMADO EN LA CAMPAÑA LIBERTADORA DEL PERÚ

 




LA HISTORIADORA ARGENTINA EMILIA EDDA MENOTTI EXPRESA SU SALUDO A TODO  EL NOBLE PUEBLO DE PALPA Y LA ADHESIÓN A TODOS LOS HOMENAJES QUE SE ATRIBUYEN AL HISTÓRICO EPISODIO EN ESTE BICENTENARIO DEL PRIMER HECHO DE ARMAS DEL EJERCITO LIBERTADOR EN EL PERÚ  A 200 AÑOS DEL ENCUENTRO DE PALPA. ASÍ MISMO DESTACA QUE  SI BIEN EL HECHO CARECIÓ DEL FRAGOR BÉLICO DE LAS GRANDES CONFRONTACIONES MILITARES, EJERCIÓ UN EFECTO FAVORABLE EN LA POBLACIÓN QUE APRECIÓ EL VALOR E HIDALGUÍA DE LAS FUERZAS PATRIOTAS QUE ALENTABAN SUS ANSIAS DE LIBERTAD Y, QUE   EN  CARTA A SAN MARTÍN EL 13 DE OCTUBRE, ARENALES LE INFORMA  SOBRE LAS DISPOSICIONES TOMADAS AL EFECTO: “COMO LOS ENEMIGOS, CON LAS POCAS FUERZAS QUE LE HAN QUEDADO SE DETUVIERON EN PALPA, HA CLAMADO ESTE VECINDARIO PORQUE SE ENVÍE UNA FUERZA CAPAZ DE DESTRUIRLOS O AL MENOS, DE ARROJARLOS, PARA LAS LARGAS TRAVESÍAS HACIA AREQUIPA.

 

CON ESTAS VICTORIAS, ÁLVAREZ DE ARENALES CUMPLIÓ EL PRIMER PASO DE LA MISIÓN QUE SE LE HABÍA CONVOCADO  Y PALPA TUVO RANGO DE PRECURSOR.  “AL TENIENTE GENERAL RUFINO GUIDO LE CORRESPONDIÓ EL HONOR DE HABER LIBRADO EL 7 DE OCTUBRE  DE 1820 LA PRIMERA ACCIÓN EN LA CAMPAÑA LIBERTADORA DEL PERÚ RECOGIENDO POR TROFEOS A MÁS DE LA GENTE QUE SE PASÓ A SUS BANDERAS GRAN ARMAMENTO Y OTROS ARTÍCULOS IMPORTANTES QUE ABANDONÓ EL ENEMIGO”. LA HISTORIADORA MENOTTI MANIFIESTA QUE JACINTO R. YABEN EN SUS “EFEMÉRIDES SANMARTINIANAS”, DESTACA LA IMPORTANCIA DE ESTA PRIMERA VICTORIA EN TIERRAS PERUANAS DEL EJÉRCITO DE SAN MARTÍN.  ASÍ LO TESTIMONIA LA HISTORIADORA MENOTTI EN SU CARTA DE FECHA 7 OCTUBRE CEDIDA  AL DELEGADO FILIAL PALPA DEL INSTITUTO SANMARTINIANO DEL PERÚ EN LA REPÚBLICA DE ARGENTINA (*)




PALPA, PRIMER HECHO ARMADO EN LA CAMPAÑA LIBERTADORA DEL PERÚ.

Por, Dra Emilia Edda Menotti. Historiadora Argentina  Académica Sanmartiniana (*)

 

En el año 2020 se cumple el bicentenario de hechos que, por su importancia, tanto militar como política, sellaron el fin de la lucha independentista latinoamericana.

 

Las armas y la diplomacia, en comunión de ideales, reflejaron el deseo de la unidad, nexo fundamental para mantener con hidalguía la nueva fisonomía estatal lograda tras duros años de lucha.

 

Entre los episodios que, por su importancia político-militar adquirieron un lugar de privilegio en la historiografía, figuran los que tuvieron como protagonistas a José de San Martín y a Simón Bolívar, insertos en la misma época en la que Rafael de Riego con su levantamiento en Cádiz el 1º de enero de 1820, restableció el respeto a la Constitución de 1812.

 

Domingo Faustino Sarmiento al analizar la historia hispano – americana a partir de la invasión napoleónica a la Península, manifestaba que “Es un hecho digno de notarse que la España y sus colonias de América hayan principiado a conmoverse a un mismo tiempo, la una para mejorar sus instituciones, la otra para librarse del yugo extraño y si alguna diferencia se nota en esto, es efecto de sus posiciones relativas y más hay en una y otra los mismos desenvolvimientos, los mismos medios de acción”.

 

La caída de Napoleón permitió el regreso de Fernando VII quien no vaciló en suspender la vigencia de la Constitución de Cádiz de 1812que limitaba su autoridad absoluta.

 

La reacción liberal no tardó en oponerse a esa disposición y Rafael de Riego y Antonio Quiroga se pronunciaron en la localidad andaluza de Cabezas de San Juan, exigiendo la vigencia de la Constitución de 1812 y el juramento de Fernando VII de cumplir con sus disposiciones como así también impedir la salida de una expedición reconquistadora compuesta por 20.000 soldados con destino al Río de la Plata.

 

Cabe preguntarse ¿qué repercusión tuvo en América la rebelión liberal de Rafael de Riego?.

Si bien no llegaron esos efectivos militares, Riego con su decisión influyó en los miembros liberales que conformaban el ejército realista obligando a sus jefes a tomar decisiones y analizar la posibilidad de realizar negociaciones con los republicanos americanos.

 

Militarmente no influyó en los planes militares de José de San Martín ni de Simón Bolívar por cuanto la victoria del primero en Maipú el 5 de abril de 1818 afirmó la independencia de Chile y la de Boyacá el 7 de agosto de 1819 logró por parte de las fuerzas bolivarianas, la de Nueva Granada, pero permitió el encuentro diplomático de los jefes republicanos con los virreyes españoles, reivindicando los jefes republicanos la misión que les habían encomendado las autoridades de sus respectivas naciones.

 

José de San Martín, el 22 de abril de 1814 en carta a Nicolás Rodríguez Peña desde Tucumán, ya había fijado el plan de su campaña transcontinental para llegar a Lima: “Ríase usted de esperanzas alegres. La patria no hará camino por este lado del Norte, que no sea una guerra permanente, defensiva y nada más; para eso bastan los valientes gauchos de Salta, con dos escuadrones buenos de veteranos. Pensar en otra cosa es echar al Pozo de Airón hombres y dinero. Así es que yo no me moveré, ni intentaré expedición alguna. Ya le he dicho a usted mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza, para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos para acabar también con los anarquistas que reinan. Allanando las fuerzas, pasaremos por el mar a tomar Lima; ese es el camino y no éste, mi amigo. Convénzase usted que hasta que no estemos sobre Lima, la guerra no se acabará”(1)

 

Contemporáneamente y cumpliendo con lo establecido en su Plan Continental, organizó su ejército en Cuyo para, cruzando la cordillera de los Andes, emancipar a Chile.

 

En Chacabuco inició esta acción libertadora que culminó con Maipú el 5 de abril de 1818, batalla que tuvo trascendencia continental. No solo aseguró la independencia de Chile sino que el Perú se puso a la defensiva por mar y Simón Bolívar, cuando tuvo noticias sobre la gran victoria, manifestó: “Estimo ahora segura la expedición libertadora a Nueva Granada”.




En el primer boletín del Ejército Libertador se fijaba el objeto de la expedición: “Valparaiso, 13 de agosto de 1820. En el año diez de la revolución sudamericana y trescientos de la conquista del Perú, un pueblo cuyo rango en la escala social ha sido considerado hasta ahora inferior a su destino, ha emprendido romper las cadenas que Pizarro comenzó a forjar con sus manos tintas de sangre en 1520. El gobierno establecido en Chile desde su restauración, habiendo concebido este grandioso proyecto, estima razonable que sea llevado a cabo por la misma persona que ha prometido dos veces salvar al país y dos veces lo ha cumplido. El objeto de esta empresa es decidir si ha llegado o no el tiempo en que la influencia de Sudamérica en el resto del mundo será considerada con su extensión, sus riquezas y su situación”(2)

 

El 20 de agosto de 1820 la expedición partió del puerto de Valparaíso ante la aclamación unánime de todos sus habitantes, para desembarcar en la bahía de Paracas, el 8 de septiembre.

Al poner pie en tierra, en Pisco, San Martín recordó las normas a las que debían ajustarse los integrantes de la expedición. Fueron sus directivas, “Ya hemos llegado al lugar de nuestro destino. Acordaos que nuestro gran deber es consolar a la América y que no venís a hacer conquistas sino a libertar pueblos. Los peruanos son nuestros hermanos, abrazadlos y respetad sus derechos como respetasteis los de los chilenos después de Chacabuco”. (3)

 

Y con la definición categórica de sus propósitos futuros, manifestaba a los peruanos: “El tiempo de la opresión y de la fuerza ha pasado. Yo vengo a poner término a esa época de dolor y humillación. Este es el voto del Ejército Libertador, ansioso de sellar con su sangre la libertad del Nuevo Mundo”(4)

 

Ante la difusión de esos propósitos, el virrey Joaquín de Pezuela apeló a la diplomacia invitando a San Martín a una entrevista en Miraflores. San Martín aceptó la proposición que abrió el camino para dar a conocer el carácter político de la expedición.

 

Designados los comisionados sanmartinianos basaron su participación en sostener que la independencia americana era lo único que podía conciliar los intereses de ambas representaciones.

 

Rotas las negociaciones, el ansiado armisticio fue denunciado en forma categórica el 4 de octubre de 1820.

 

En tanto San Martín había designado al general Juan Antonio Álvarez de Arenales al frente de una división de vanguardia, fijándole como punto de avanzada y observación la Hacienda de Caucato situada en el camino a Lima. Arenales llevaba como Jefe del Estado Mayor al Teniente Coronel Manuel Rojas.

 

Roto el armisticio, el 4 de octubre inició Arenales el propósito de su formación: levantar en rebelión a las provincias de la Sierra como primer pasó a su unión con el ejército en su acción revolucionaria.

 

En la noche del 4 al 5 de octubre desde Caucato se puso en marcha “para actuar con sus efectivos de 1138 plazas de las 3 armas marchando hacia la hacienda de Chunchanega, para proseguir luego sobre la ciudad de Ica”(5)

El coronel marqués de Quimper que contaba con 800 hombres ante ese avance, se replegó hacia Nazca.

 

Pudo evitar un seguro triunfo de los libertadores porque un indio le dio aviso “una hora antes de la aproximación de Arenales, lo cual le dio tiempo a montar su caballería y ponerse en una retirada violenta”(6)

 

En carta a San Martín el 13 de octubre, Arenales le informa sobre las disposiciones tomadas al efecto: “Como los enemigos, con las pocas fuerzas que le han quedado se detuvieron en Palpa, distante 24 leguas de aquí, ha clamado este vecindario (y con razón) porque se envíe una fuerza capaz de destruirlos o al menos, de arrojarlos, para las largas travesías hacia Arequipa”(7)

 

En efecto, el día 7 de octubre,  el Teniente Coronel Rufino Guido,  “con un escuadrón de cazadores a caballo salió en persecución de las fuerzas realistas mandadas por el coronel marqués de Quimper que había emprendido la retirada conduciendo un convoy de familias y elementos de guerra; después de una primera correría infructuosa emprende una segunda marcha por distinto camino y logra dar alcance a una de las columnas de los fugitivos. Inmediatamente la ataca con ímpetu y la pone en fuga, después de haber recibido dos compañías que se pasaron a las filas patriotas”, y agrega, “Al Teniente General Rufino Guido le correspondió el honor de haber librado la primera acción en la campaña  libertadora del Perú recogiendo por trofeos a más de la gente que se pasó a sus  banderas gran armamento y otros artículos importantes que abandonó el enemigo”(8)

 

Jacinto R. Yaben en sus “Efemérides sanmartinianas”, destaca la importancia de esta primera victoria en tierras peruanas del ejército de San Martín, victoria que permitió a Juan Lavalle el triunfo de Nazca el 15 de octubre y al teniente Vicente Suárez el de Acari, el 16 del mismo mes.

Con estas victorias, Álvarez de Arenales cumplió el primer paso de la misión a la que había sido convocado y Palpa tuvo así rango precursor.

 

A 200 años del encuentro de Palpa, si bien el hecho careció del fragor bélico de las grandes confrontaciones militares, ejerció un efecto favorable en la población que apreció el valor e hidalguía de las fuerzas patriotas que alentaban sus ansias de libertad.

 

San Martín pudo entrar a Lima para establecer en coincidencia, con su carácter de Libertador, medidas de orden político y social que culminaron el 28 de julio de 1821 con la declaración de la independencia del Perú.

 

Al retirarse a la vida privada, en su despedida del pueblo peruano, con justicia pudo decir: “Mis promesas para con el pueblo en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobernantes”.

 

Perú marcó el final de la trayectoria gloriosa de San Martín en América. Cumplió como cumplen los hombres de bien que honran su palabra. Tuvo valor, capacidad y patriotismo y su nombre es prenda de libertad, justicia y unidad en todo el continente.

 

Como sanmartiniana, en este bicentenario del primer hecho de armas del ejército libertador en el Perú, quiero expresar mi solidaridad con el noble pueblo de Palpa y mi adhesión a los homenajes que se tributen al histórico episodio.

 

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 (*) Carta de la Historiadora Emilia Edda Menotti  cedida a Miguel Ángel Bayona Elías, Delegado Filial Palpa del Instituto Sanmartiniano del Perú en la República de Argertina para publicarlo en el Blog de Palpabaires Residentes en Argentina  y en  el Blog de Miguel Angel Bayona dirigido el saludo al pueblo de Palpa en el día de la Conmemoración del Bicentenario del Combate de Palpa  el 7 de octubre de 2020,  leído por el suscrito ese mismo día en la participación en el  "Conversatorio del Bicentenario de Independencia de Palpa"  denominado   "A Pie de Tierra" organizado por la (ANEA)  Asociación Nacional de Escritores y Artistas  de la Región de Ica - Palpa.  vía transmisión Webinar, radio Walter TV  Bet Sur y por el Facebook Live. 

(*) Dra. Emilia Edda Menotti. Historia Argentina,  Académica 

-  Prof. Historia egresada con Medalla de Oro y Premio Ministerio de Educación de la Nación.

-  Profesora Extraordinaria de la Municipalidad de Morón.

-  Decana del Departamento de Historia de la Universidad Kennedy.

-  Presidente de la Academia Argentina de la Historia.

-  Presidente de la Sociedad Bolivariana de la República Argentina.

-  Presidente del Instituto Cultural Argentino Ecuatoriano.

-  Presidente del Instituto Nacional Bolivariano (2012-2016).

-  Secretaria Académica del Instituto Nacional Sanmartiniano.

-  Miembro de la C. D. de Instituciones Culturales Argentinas y Americanas.

-  Condecorada por los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia. Huésped Oficial y Visitante Ilustre de Municipios y Ciudades de la Nación y del exterior.

-  Autora de libros y trabajos en revistas especializadas.

 

Notas al pie de página:

 

1- Yaben, Jacinto R.: “Efemérides sanmartinianas” – 3º edición. Instituto Nacional Sanmartiniano. Bs. As. 1975. - pág. 99

 

2- Hall, Basilio: “Con el General San Martín en el Perú” – Ed. Yapeyú. Bs. As. 1949

 

3- Mitre, Bartolomé: “Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana”. –   Ed. Peuser. Bs. As. 1946. – pág. 672.

 

4- Mitre, Bartolomé: Obra citada – pág. 672.

 

5- Yaben, Jacinto R.: Obra citada – pág. 228.

 

6- Espejo, Gerónimo Crnel.: “Apuntes históricos sobre la expedición libertadora del Perú 1820”. – Instituto Nacional Sanmartiniano. Bs As. 1974.- pág. 38.

 

7- “Documentos para la historia del Libertador San Martín”, T. XVI. Ministerio de Cultura y Educación. Instituto Nacional Sanmartiniano. Bs As. 1996. – pág.139.

 

8-  Yaben, Jacinto R.: Obra citada – pág. 229

 

 

Bibliografía:

 

- Mitre, Bartolomé: “Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana”. – Ed.                  Peuser. Bs. As. 1946.

 

- Hall, Basilio: “Con el General San Martín en el Perú” – Año del Libertador 1950. Ed Yapeyú.   Bs As. 1949.

 

- Medrano, Samuel W: “El Libertador José de San Martín”. Instituto Nacional Sanmartiniano. – Ed. Gráfica San Lorenzo. Bs As. 1995.

 

- Soria, Diego Alejandro: “Las campañas militares del General San Martín” – Instituto Nacional Sanmartiniano. – Fundación Mater Dei. Rosario. 2004.

 

- Yaben, Jacinto R: “Efemérides sanmartinianas”. - 3º edición. Instituto Nacional  Sanmartiniano. – Ed. Soldini y Cía. Bs. As 1975.

- Espejo, Gerónimo Cnel.: “Apuntes históricos sobre la expedición libertadora del Perú 1820”.- Talleres gráficos Leonardo impresora. Bs As. 1974.

 

- Ramos Mejía, Héctor: “Historia de la Nación Argentina”. T. II. – Ed. Ayacucho. Bs. As. 1945.

 

- Gasparotti, Gastón Vigo: “San Martín ¿Está hoy la patria en peligro?”.- Grupo Unión. Bs. As. 2015.

“Documentos para la Historia”. T. XVI. – Ministerio de Cultura y Educación. Instituto  Nacional Sanmartiniano. 1996.

 

- Colección “Las Batallas de San Martín -. Expedición del Perú”. T. VI. – Clarín, Arte Gráfica  Editorial Argentino. Bs. As. 2007.

 

- “La conducción política del General San Martín durante el Protectorado del Perú”. T. III.- Instituto Nacional Sanmartiniano.- Editorial Marcos V. Durruty.   Bs. As. 1955/1959.