PARA LULA, LOS PAÍSES PODEROSOS HAN
MIRADO CON DESDÉN A LOS MÁS POBRES. Y DEFIENDE QUE LA UNIDAD
LATINOAMERICANA HA DADO MÁS FUERZA
NEGOCIADORA A LA REGIÓN. “ANTES NOS PELEÁBAMOS PARA VER QUIÉN SALÍA CON
BILL CLINTON EN LA FOTO, UN GOBERNANTE QUE NADIE RESPETA YA. PERO DESPUÉS LE
DIJIMOS A BUSH QUE NO QUERÍAMOS EL ALCA. Y YO ME CONVERTÍ EN EL PRIMER
MANDATARIO LATINOAMERICANO EN EL G-8. DE TODOS ELLOS YO ERA EL ÚNICO QUE
TRABAJÓ EN UNA FÁBRICA, QUE PERDIÓ DEDOS, QUE ESTUVO DESEMPLEADO, QUE PASÓ
HAMBRE. PERO TAMBIÉN ERA EL QUE MEJOR REPRESENTABA A MIS ELECTORES”.
BRASIL SE ENCUENTRA EN UN MOMENTO ECONÓMICO DELICADO, LUCHANDO CONTRA LA
RECESIÓN Y ENFRENTANDO LA DEVALUACIÓN DEL REAL Y DE LA PROPIA DEVALUACIÓN DEL
GOBIERNO DEL PT (PARTIDO DE LULA Y LA PRESIDENTA DILMA ROUSSEFF) “AMÉRICA NO DEBE TEMER ESTA CRISIS PORQUE ES
PASAJERA. LA GENTE TIENE QUE TENER EN CUENTA QUE EN ECONOMÍA NO HAY MAGIA, PERO HAY DECISIONES QUE PUEDEN AYUDAR AL PAÍS”.
Y PUSO UN EJEMPLO: “NOSOTROS LLEVAMOS MÁS NEGROS A LA UNIVERSIDAD EN 12
AÑOS QUE EN TODA LA HISTORIA DE BRASIL”. PARA ENSEGUIDA CONTRAPONER: “ELLOS
PIDEN SU RECETA MÁS AHORRO, MÁS AJUSTE, PERO NUNCA DICEN MÁS EDUCACIÓN”, GRITÓ
Y CONCLUYÓ EN MEDIO DE UNA SONORA OVACIÓN EN EL III CONGRESO INTERNACIONAL DE RESPONSABILIDAD SOCIAL 2015 EN BUENOS
AIRES.
Lula: "Los
países ricos nos metieron en esta crisis por vender papelitos en vez de
productos"
Por Natalia Chientaroli - Buenos Aires
Ante un auditorio repleto y entusiasta, Ignacio Lula da Silva cargó contra
Europa por su responsabilidad en la crisis económica actual, y criticó sus
recetas para combatirla.
Además, destacó los efectos nocivos que las políticas de los países ricos
provocan en Latinoamérica. Lo hizo este jueves en Buenos Aires, en la
inauguración del III Congreso Internacional de Responsabilidad Social 2015 que tiene lugar
estos días en la capital argentina.
"La crisis en la que cayó el mundo en 2008 ha demostrado que todos
aquellos que tenían las soluciones listas para nuestras crisis no supieron
resolver la suya propia. Billones de dólares se han invertido en intentar
solucionar el problema del sistema financiero y no lo han logrado en siete
años. Porque arreglar el problema de Grecia es ayudar a los bancos franceses, a
los acreedores alemanes. Europa ha tercerizado su política", ha asegurado
el ex mandatario.
También criticó las recetas de austeridad de la UE. "Con los primeros
síntomas de crisis se empieza a hablar de recortes, de rebajar salarios. Pero
nosotros tenemos la experiencia: todas las políticas que se tomaron en los 90
llevaron a nuestros países al empobrecimiento. Pensaba que era una cosa de
Brasil, de Argentina, de Bolivia, pero no del primer mundo", ironizó.
"Todos las países que pasaron por ajustes incrementaron su deuda pública:
Grecia, Portugal, España... y no se ha resuelto el tema de la crisis", ha
asegurado Lula.
Doble discurso de los poderosos
"Fueron los países ricos los que nos metieron en esta crisis porque
empezaron a hacer dinero vendiendo papelitos en lugar de productos. Y pagando
bonos altísimos a personas que no producían nada. Y claro, la economía
quebró", explica Da Silva como resumen.
El ex presidente brasileño se refirió con ironía a los acuerdos
internacionales y a las políticas económicas consensuadas internacionalmente.
"En la reunión del G-20 en Londres en 2009 tomamos la decisión de
restituir la confianza, restaurar el crédito, fortalecer la regulación
financiera, reformar el sistema y rechazar cualquier forma de proteccionismo.
Ningún país cumplió".
"Los países ricos adoptaron el proteccionismo para evitar que los
países pobres, los de América Latina, pudiéramos competir. En Doha descubrí que
el libre comercio que tanto defienden es para vendernos sus productos. Cuando
los que vendemos somos nosotros no están tan convencidos de defenderlo",
ha asegurado entre aplausos.
La inclusión como receta económica
"Lo primero que hice cuando asumí el gobierno fue llevar a los
ministros a las zonas más pobres. Quería que supieran que no gobernábamos sólo
para una parte de la población. Le pusimos rostro a los problemas. Entonces me
decían que Brasil estaba quebrado, que no tenía dinero ni para financiar sus
exportaciones. Pero yo tenía un proyecto y era mejorar la vida de las personas
más humildes. Sabía que cuando subieran un poco también lo haría la clase media
y los empresarios ganarían dinero", afirmó al repasar su mandato.
"Muchos decían que nuestra política de transferencia de renta era
simplemente asistencialismo, simplemente populismo. Porque quien ha tenido
siempre dinero, quien nunca pasó necesidad, no ve un gran significado en un
poco de dinero en la mano de la persona que nunca lo había tenido. La persona
que por primera vez tiene suficiente para comprar comida para sus hijos",
aseguró.
"No hay nada que interese más a empresarios y comerciantes que el
Estado convierta a los más pobres en consumidores. En que dejen de pasar por
delante del restaurante para entrar y pedir una cena. Y lo mismo con las
tiendas. Con el cine. Yo llegué a oír a personas decir que el aeropuerto
parecía una autopista por la cantidad de pobres que había. Y para nosotros no
hay nada más extraordinario que eso", remachó con una sonrisa. "Pero
hay quienes se sienten incómodos cuando un pobre se sienta en la mesa de al
lado y pide el mismo plato de comida", afirmó.
Un pobre en el G-8
Aunque Brasil se encuentra en un momento económico delicado, luchando
contra la recesión y enfrentando la devaluación del real y la propia
devaluación del gobierno del PT (el partido de Lula y la presidenta Dilma
Rousseff), el mensaje de Lula en Buenos Aires fue de optimismo y tranquilidad.
"América no debe temer esta crisis porque es pasajera. La gente tiene que
tener en cuenta que en economía no hay magia, pero hay decisiones que pueden
ayudar al país".
Y puso un ejemplo: "Nosotros llevamos más negros a la universidad en
12 años que en toda la historia de Brasil". Para enseguida contraponer:
"Ellos piden su receta: más ahorro, más ajuste, pero nunca dicen más
educación", gritó entre los aplausos entusiastas de un auditorio
abarrotado.
Para Lula, los países
poderosos siempre han mirado con desdén a los más pobres. Y defiende que la
unidad latinoamericana ha dado más fuerza negociadora a la región. "Antes
nos peleábamos para ver quién salía con Bill Clinton en la foto, un gobernante
que nadie respeta ya. Pero después le dijimos a Bush que no queríamos el ALCA.
Y yo me convertí en el primer mandatario latinoamericano en el G-8. De todos
ellos yo era el único que trabajó en una fábrica, que perdió dedos, que estuvo
desempleado, que pasó hambre. Pero también era el que mejor representaba a mis
electores", concluyó en medio de una sonora ovación.
Fuente: www.eldiario.es
Fuente: www.eldiario.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias, se valora la deferencia.